¿Es eficaz tu rutina de cosmética?

Los resultados de un cosmético no dependen de su marca ni del precio con el que se comercializa, sino de la eficacia de los activos que contiene, sus concentraciones y cómo se formulan. El mercado ofrece por cientos de euros productos que solo hidratan la piel, así como otros de menos de 10 € que realmente rejuvenecen. No te dejes impresionar por envases lujosos u ostentosas campañas de marketing que generan ilusión hacia productos que parecen mágicos. Te ayudamos a aprender a elegir cosméticos con activos que han demostrado en múltiples estudios científicos independientes que realmente te permiten construir la rutina más eficaz para las necesidades de tu piel.

La rutina de día

El cuidado de tu piel debe empezar siempre por una buena limpieza, eliminando restos de grasa de cremas nocturnas, sudor o células muertas, que impiden actuar a otros productos. Si por las mañanas tienes prisa, basta aplicar agua micelar con un algodón.

  • Prevenir el fotoenvejecimiento que causa la radiación solar y la luz azul de las pantallas de los dispositivos electrónicos, aplicando cada 2-4 horas un fotoprotector con un mínimo de SPF30 en invierno y SPF50+ en verano.
  • Evitar la oxidación por radicales libres y contaminación mediante antioxidantes potentes como la vitamina C (ácido ascórbico 5-20%) o la vitamina B3 (niacinamida 4-5%). Ambos activos tienen, además, propiedades despigmentantes para unificar el tono de la piel.
  • Evitar la deshidratación por pérdida de agua, reforzando la función barrera cutánea con activos que sellan las uniones entre las células como las ceramidas, o bien activos humectantes que retienen el agua como la glicerina 25-40%, el ácido hialurónico o determinados péptidos.
  • Redensificar para rellenar arruguitas. El ácido hialurónico, al atraer agua, permite disimular pequeñas arruguitas o líneas de expresión, pero debes tener la precaución de aplicarlo siempre con la piel húmeda, ya que en ambientes secos, su avidez por captar agua te puede deshidratar la dermis, causando tirantez.
  • Restaurar la piel irritada o hipersensible, ya sea por activos nocturnos potentes como el retinol o el ácido glicólico o por el frío. Te ayudarán activos como las ceramidas, la centella asiática, el pantenol (B5) o la niacinamida.

Siempre debes aplicar tus cosméticos de más ligeros a más densos

Para que los activos de serums o ampollas puedan penetrar adecuadamente en la piel, sin quedar bloqueados por las grasas de las cremas que impermeabilizan la piel, debes aplicar los cosméticos de más ligeros, a más densos.

La piel del contorno de los ojos es más sensible, y si tienes bolsas u ojeras, conviene emplear productos específicos que contengan cafeína 3% y/o vitamina K.

La rutina nocturna

Por la noche, normalmente, dispones de más tiempo y debes enfrentarte a la pereza para dar a tu piel una limpieza más profunda que elimine toda la suciedad acumulada durante el día.

Se recomienda lo que se conoce como “doble limpieza”, aplicando primero un producto oleoso que retire bien los restos de maquillaje y grasa propia o contenida en cremas de día, seguido de un producto acuoso que haga espuma. Existen limpiadores de doble fase que permiten unificar esta limpieza profunda en un único paso.

Durante el descanso nocturno tu cuerpo repara los daños sufridos durante el día, por lo que es momento de aplicar activos transformadores que optimicen este proceso.

  • Combatir el cronoenvejecimiento, siendo el retinol el activo antiedad con mayor evidencia científica. Es un retinoide derivado de la vitamina A, capaz de acelerar la regeneración celular e incrementar la producción de colágeno y elastina, así como reducir su degradación, consiguiendo redensificar la dermis, que pierde grosor con los años. Dado que puede irritar y descamar la piel, su introducción en tu rutina cosmética debe ser muy gradual, empezando por concentraciones bajas del 0,1% (hasta el 0,5%), e incrementando muy lentamente el número de veces por semana que lo uses. Cuando aparezcan efectos adversos, detén su uso y aplica productos que restauren la función barrera.
  • Exfoliar para eliminar corneocitos muertos, que dan un aspecto apagado a tu piel e impiden la correcta absorción de otros activos. Los alfa-hidroxiácidos (AHA) son excelentes exfoliantes químicos, especialmente el ácido glicólico (4-10% en uso diario o 10-20% en uso semanal), que por su pequeño tamaño molecular penetra mucho. Cada vez se recomiendan menos los exfoliantes físicos con gránulos que rascan la superficie de la piel y pueden irritarla.
  • Seborregular para controlar el exceso de producción grasa de los poros con ácido salicílico (0,5-2%) o niacinamida. El ácido salicílico es un beta-hidroxiácido (BHA) liposoluble, exfoliante y antiinflamatorio, capaz de disolverse en la grasa del poro y limpiarlo por dentro eliminando los puntos negros.
  • Despigmentar. Si tienes manchas debes inhibir la producción de melamina tanto por la mañana como por la noche, incorporando a la rutina nocturna activos como la vitamina C, la niacinamida, el thiamidol, el ácido azelaico o los retinoides.

La nutricosmética también te puede ayudar a cuidar tu piel.  

Un prestigioso metaanálisis de 19 estudios demostró que tomar, al menos, 5 g/día de colágeno hidrolizado vía oral durante 3 meses atenúa las arrugas y mejora la elasticidad e hidratación de la piel. Otros activos orales con evidencia de eficacia son el ácido hialurónico (280mg/día), la elastina, las vitaminas A y C, o el selenio.

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