Epilepsia: qué es, tipos y cómo reaccionar

La epilepsia, una de las condiciones neurológicas más antiguas y comunes, sigue siendo un tema de gran interés y estudio en el campo de la medicina.

A pesar de los avances significativos en su comprensión y tratamiento, la epilepsia continúa siendo una fuente de desafíos y estigma.

¿Qué es la epilepsia?

Es un trastorno del cerebro caracterizado por una predisposición a sufrir convulsiones recurrentes.

Estas convulsiones son el resultado de descargas eléctricas excesivas en grupos de células cerebrales.

La epilepsia nerviosa puede manifestarse de diversas maneras, desde breves lapsos de atención denominados “ausencias” hasta convulsiones prolongadas y severas, y su frecuencia y severidad varían ampliamente entre individuos según el tipo de epilepsia que se sufra, lo ajustada que esté la medicación, etc.

Principales causas de la epilepsia

Las causas de la epilepsia pueden ser hereditarias o resultar de factores como traumatismos craneales, infecciones cerebrales, accidentes cerebrovasculares o tumores cerebrales y, en muchos casos, la causa exacta no se identifica.

El diagnóstico de la epilepsia se da a partir del estudio detallado del historial médico, análisis de sangre y pruebas neurológicas, como el electroencefalograma (EEG).

Cómo prevenir la epilepsia: tratamientos y educación para el bienestar del paciente

El tratamiento de la epilepsia varía según el tipo y la gravedad de las convulsiones e incluye medicamentos antiepilépticos.

En algunos casos, la cirugía, la terapia dietética o la estimulación del nervio vago también pueden ser opciones efectivas.

La educación sobre la condición y el apoyo son cruciales para manejar la enfermedad de manera efectiva.

Aunque las personas con epilepsia pueden llevar una vida activa y plena, pueden necesitar ajustar ciertas actividades para gestionar su condición de manera segura.

Esto puede incluir cambios en la dieta, aprender a gestionar el estrés y evitar desencadenantes conocidos de convulsiones, como luces intermitentes o la falta de sueño.

Dentro de los desafíos a los que se enfrentan los pacientes epilépticos, se incluye lidiar con el estigma, la ansiedad relacionada con la incertidumbre de las convulsiones y las restricciones en actividades cotidianas, por lo que el apoyo emocional y psicológico de su entorno es vital.

La investigación en epilepsia continúa abriendo nuevas vías para tratamientos más efectivos y personalizados.

Los avances en la neurociencia, la genética y la tecnología médica prometen mejorar el diagnóstico y el manejo de la condición.

Además, la tecnología también está jugando un papel importante en la mejora de la calidad de vida de las personas con epilepsia.

Desde aplicaciones móviles que ayudan a rastrear y gestionar las convulsiones hasta dispositivos de alerta avanzados que pueden detectar convulsiones y alertar a los cuidadores.

Tipos de epilepsia

Los síndromes epilépticos se clasifican según dos ejes diferentes, uno relacionado con el sitio de origen de la crisis y otro con su etiología.

Según el sitio de origen hablamos de:

Epilepsia focal o parcial

Las convulsiones se originan en una parte específica del cerebro. Puede subdividirse aún más en convulsiones focales conscientes, donde la persona mantiene la conciencia, y focales con alteración de la conciencia, donde se ve afectada.

Epilepsia generalizada

Esta involucra convulsiones que afectan a todo el cerebro. Dentro de esta categoría existen varios subtipos o síntomas de la epilepsia, como las crisis de ausencia (pequeñas desconexiones de la conciencia), las convulsiones tónico-clónicas (los conocidos ataques “gran mal”), las mioclónicas (sacudidas repentinas), las atónicas (pérdida del control muscular) y las tónicas (rigidez muscular).

Según su etiología:

Epilepsia idiopática

Se considera de origen genético, sin lesiones cerebrales visibles a través de exámenes de imagen.

Los pacientes suelen tener un desarrollo neurológico normal y responden bien a los medicamentos antiepilépticos.

Es más común en la infancia y adolescencia, y ejemplos típicos incluyen la epilepsia de ausencia infantil y la epilepsia mioclónica juvenil.

Epilepsia criptogénica

En estos casos, la causa exacta de la epilepsia es desconocida a pesar de una evaluación exhaustiva. Se sospecha que puede haber una causa subyacente, posiblemente estructural o genética.

El diagnóstico de la epilepsia criptogénica se hace por exclusión, y el manejo de las convulsiones puede variar, siendo a veces menos predecible en su respuesta al tratamiento.

Epilepsia sintomática

Aquí, la epilepsia tiene una causa conocida, como una lesión cerebral, una infección, un tumor, o una enfermedad degenerativa.

El tratamiento se enfoca tanto en la causa como en el control de las convulsiones, y el pronóstico depende de la naturaleza y severidad de la enfermedad subyacente.

Cómo debemos reaccionar ante un ataque epiléptico

Saber cómo reaccionar ante una convulsión es vital.

Ante todo es importante mantener la calma, proteger la cabeza de la persona con chaquetas, cojines o almohadas para que no se dé ningún golpe, girarla de lado, no restringir sus movimientos y no poner nada en su boca, ya que se lo puede tragar.

De hecho, debes tener mucho cuidado con meterle los dedos en la boca para sacarle la lengua, ya que no hay control de la fuerza de la mandíbula y puedes salir perjudicado.

Lo que hará que no se taponen las vías respiratorias será ponerlo de lado, como ya te hemos dicho.

Además, aunque parezca complicado por lo traumático de la situación, intenta controlar el tiempo en el que esa persona ha estado convulsionando, pero no suele durar más de cinco minutos.

En caso de una convulsión, asegúrate de proteger la cabeza de la persona, girarla de lado para mantener las vías respiratorias abiertas y no restringir sus movimientos.

Cómo actuar tras el ataque epiléptico

Después del ataque, busca ayuda médica si es necesario y acompaña a la persona transmitiéndole tranquilidad mientras recupera la conciencia.

La epilepsia, aunque es una condición compleja y multifacética, no tiene por qué ser un obstáculo insuperable en la vida.

Con el tratamiento adecuado, el apoyo de su entorno y la educación, las personas con epilepsia pueden llevar vidas plenas y activas.

Comprender la naturaleza de la epilepsia, sus diferentes manifestaciones y cómo reaccionar ante una convulsión es esencial para aquellos que viven con la condición y para la sociedad en general, ya que crisis convulsivas puede tener cualquiera en algún momento de su vida.

A medida que se avance en la investigación y el tratamiento de la epilepsia, y se aumente la conciencia y la educación en relación con esta enfermedad, podemos esperar un futuro donde la epilepsia sea manejada de manera más efectiva y con un mayor grado de comprensión y empatía.

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